Su presencia en esta lista de enemigos del esmalte y de los dientes es más que obvia. La alta cantidad de colorantes y de azúcares que suelen presentar ocasiona tanto daños en la coloración de cualquier dentadura como un alto riesgo de caries.
Aumento de la placa bacteriana: las bacterias se alimentan de azúcar y empiezan a desarrollarse, acumularse y endurecerse en la superficie de los dientes.
Incremento de la acidez en la boca: la presencia de bacterias nocivas provoca un aumento del pH de la boca. Estos ácidos debilitan los dientes y permiten a las bacterias colarse en el interior.
Caries: como consecuencia del aumento de la placa bacteriana y de la acidez en la boca, las bacterias hacen agujeros en los dientes y se instalan en ellos. Cuando llegan a la raíz de estos su presencia resulta dolorosa, por eso son tan importantes las revisiones periódicas en la consulta del dentista.
Inflamación de las encías: la placa que se acumula en los dientes retrotrae la encía y deja la dentadura más expuesta. Esto se traduce en hipersensibilidad, sangrado y una mayor debilidad de las piezas dentales.
Fracturas en los dientes: si las golosinas muy blandas se pueden quedar incrustadas en la superficie de las muelas, las muy duras pueden hacer que los dientes más débiles se fracturen o se agrieten por efecto del ácido en la boca.
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Cirujano Dentista - Dr. José Cano Salinas