No use los dientes para romper nueces, morderse las uñas, abrir paquetes o quitar las tapas de las botellas. De lo contrario, corre el riesgo de romper, y erosionar los dientes debido a la presión expuesta.
Este tratamiento es esencial cuando la pulpa dental queda dañada. Bien porque se ha producido una caries que ha avanzado hasta ella o bien por otras circunstancias, como un traumatismo dental o una enfermedad periodontal.
En ese momento acudir a este tratamiento dental se convierte en una prioridad para salvar el diente, ya que esta es la última operación que se puede realizar en una pieza dental natural para evitar la extracción preventiva.
La endodoncia se realiza siempre bajo analgésico y utilizando anestesia, de forma que garantizamos que nuestros pacientes sientan las molestias justas. En ningún caso se trata de un gran dolor, ni mucho menos insoportable. El post-operatorio requerirá que el paciente continúe bajo medicación algunos días, eso sí.
La endodoncia suele realizarse en una sesión, aunque si surgen complicaciones o imprevistos es probable que se tenga que acudir de nuevo al sillón dental. Tras la operación, y al cabo de unas semanas, el paciente deberá volver a la clínica para que se cambie la corona temporal de repuesto por una definitiva. En total, el plazo máximo entre la primera visita y el diente totalmente impoluto no suele pasar de dos semanas.
No. Bastará con la misma técnica y rutina de higiene oral que el resto de tu dentición. Eso sí, asegúrate que es la correcta y que no es ligeramente deficiente. Nuestros dentistas te aconsejarán sin problemas sobre cómo realizar un buen cepillado dental.
Muchas veces una pulpa dental afectada no deja síntomas visibles para el paciente y solo un odontólogo puede apreciarla en nuestro paso por el sillón dental. Otras veces nuestros dientes sí dejan pistas de la necesidad de acudir a una endodoncia. Pueden ser, por ejemplo, desde una hipersensibilidad dental al consumir alimentos o bebidas muy calientes o fríos a una sensación de dolor intensa en un diente.
Antiguamente no existían las tecnologías que se usan en la actualidad y las anestesias no eran tan efectivas como las que tenemos hoy. En algunos casos, cuando la pulpa dental tiene una inflamación muy severa, la anestesia demora más en hacer efecto. Es por ello que el endodoncista tratante debe un especialista con experiencia y paciencia suficiente para esperar el momento correcto para iniciar el tratamiento.
Cuando así lo defina el especialista tratante porque los síntomas que nos llevaron a la consulta desaparecen de manera permanente y no se desarrollan nuevas condiciones anormales en la pieza dental tratada. De cualquier manera es necesario que dentro de los exámenes dentales rutinarios se verifique la reparación de los tejidos circundantes (hueso) del diente previamente afectado por la enfermedad.
Uno de los temores más habituales en el embarazo es la anestesia dental, pero está demostrado que no causa ningún problema durante la gestación. Si tienes problemas con la presión sanguínea, debes informarlo al endodoncista para que use una anestesia especial.
Otra preocupación frecuente es con las radiografías dentales. El tratamiento de conducto requiere varias radiografías, pero la radiación es muy baja y se dirige solamente a la cara. Además, para aumentar las precauciones, se usa un delantal de plomo que protege todo el cuerpo. Actualmente, la mayoría de los endodoncistas usan radiografías digitales; en ese caso la radiación es aproximadamente 10 veces menor. El mejor momento para ir al dentista durante el embarazo es el segundo trimestre, porque tu bebé ya está formado casi completamente y el aumento de peso todavía no es tanto como para que sea incómodo sentarse en el sillón.
Durante una reendodoncia se realiza una cavidad en el diente para acceder a los conductos radiculares. Después, mediante limas manuales y rotatorias, se elimina todo el material de relleno que se colocó en la primera endodoncia y se procede a rellenarlo de nuevo con un material adecuado.
La gingivoplastia es un tratamiento para las encías, pero que muchas veces se engloba dentro de la estética dental, y su objetivo es la restauración de las encías cuando no hay ningún problema periodontal. Por lo tanto, solo se pretende conseguir un aspecto más armónico y estético de la sonrisa.
Una apicectomía es una técnica quirúrgica transmaxilar que permite anular la raíz del diente dañado y limpiar los tejidos gingivales que lo rodean y tengan infección. Este tratamiento tiene como principal objetivo salvar el diente.