Lo ideal es que los niños visiten al dentista al menos una vez cada 6 meses.
Esto permite a los dentistas detectar problemas en sus dientes o encías a tiempo, como caries, infecciones o problemas de alineación, y tratarlos de forma preventiva.
Estas visitas regulares también ayudan a mantener buenos hábitos de higiene dental y permiten al dentista dar recomendaciones personalizadas según la edad y el desarrollo del niño. Además, una visita cada 6 meses establece una rutina que puede hacer que el niño se sienta más cómodo con los exámenes dentales a medida que crece.
Si tu hijo tiene algún problema dental específico o un riesgo mayor de caries (por ejemplo, si consume mucha comida azucarada o tiene antecedentes familiares de problemas dentales), el dentista podría recomendarte visitas más frecuentes.
En resumen, la recomendación general es cada 6 meses, pero siempre puedes consultar con el dentista si tienes alguna preocupación particular sobre la salud dental de tu hijo.
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Cirujano Dentista - Dr. José Cano Salinas