Si no se cambia el cepillo dental con frecuencia, pueden ocurrir varios problemas que afectan la salud bucal:
1. Pérdida de eficacia en la limpieza: Con el uso, las cerdas se desgastan, se doblan y pierden firmeza, lo que hace que el cepillo no limpie adecuadamente. Esto permite que la placa bacteriana se acumule, aumentando el riesgo de caries y enfermedades de las encías.
2. Mayor acumulación de bacterias: Un cepillo viejo puede convertirse en un foco de bacterias, hongos y gérmenes, especialmente si no se seca bien. Esto puede provocar infecciones o incluso reinfecciones después de haber estado enfermo.
3. Irritación o daño a encías y dientes: Las cerdas deformadas pueden causar pequeñas heridas en las encías o erosionar el esmalte dental, especialmente si se aplica mucha presión al cepillar.
Por eso, es importante cambiar el cepillo (o el cabezal si es eléctrico) cada 3 meses, o antes si las cerdas están dañadas.
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Cirujano Dentista - Dr. José Cano Salinas