El cepillo dental debe guardarse en un lugar limpio, seco y bien ventilado para evitar la acumulación de bacterias. Lo ideal es colocarlo en posición vertical, con las cerdas hacia arriba, para que se escurra y se seque completamente entre usos. Evita guardarlo cerca del inodoro, ya que al tirar de la cadena se pueden liberar partículas contaminantes al aire que podrían llegar al cepillo.
También es importante que el cepillo no esté en contacto directo con otros cepillos dentales. Si varias personas guardan sus cepillos en el mismo recipiente, procura que las cabezas no se toquen para prevenir el intercambio de bacterias. No se recomienda el uso de tapas herméticas, ya que retienen la humedad y pueden favorecer la proliferación de moho y microorganismos.
Después de cada uso, el cepillo debe enjuagarse bien con agua para eliminar residuos de pasta dental y restos de alimentos. Sacúdelo suavemente para retirar el exceso de agua antes de colocarlo en su soporte. Si se desea, puede desinfectarse ocasionalmente con enjuague bucal o agua con bicarbonato para mantenerlo más higiénico.
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Cirujano Dentista - Dr. José Cano Salinas