La osteointegración es el proceso mediante el cual el implante dental (generalmente de titanio o zirconio) se funde de forma natural con el hueso de la mandíbula o el maxilar. Es un paso fundamental para el éxito del tratamiento con implantes, ya que garantiza que el implante quede fijo, estable y funcional, como una raíz dental natural.
Después de colocar el implante en el hueso, el cuerpo comienza a generar una respuesta biológica que permite que las células óseas crezcan alrededor del implante, anclándolo firmemente. Este proceso suele tardar entre 3 y 6 meses, dependiendo de la salud del paciente, la calidad del hueso y si se realizaron procedimientos adicionales (como injertos óseos).
Una buena osteointegración permite que el implante soporte fuerzas al masticar sin moverse. Si no se logra correctamente, el implante puede aflojarse o fracasar. Por eso, durante esta etapa es importante seguir las indicaciones del odontólogo, evitar presiones sobre la zona y mantener una buena higiene.
En resumen, la osteointegración es el proceso natural que convierte al implante en una parte estable del cuerpo, permitiendo que funcione como un diente verdadero. Sin ella, el implante no puede cumplir su función correctamente.
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Cirujano Dentista - Dr. José Cano Salinas