El rechazo de un implante dental ocurre cuando el cuerpo no logra integrar correctamente el implante con el hueso, lo que se conoce como fracaso de la osteointegración. Aunque los implantes tienen una tasa de éxito superior al 95 %, en algunos casos pueden fallar debido a infecciones, mala cicatrización, o problemas en la técnica quirúrgica. Este rechazo puede manifestarse desde los primeros días hasta meses después de colocado el implante.
Los síntomas más comunes de un rechazo incluyen dolor persistente, inflamación, movilidad del implante, sangrado anormal o secreción de pus. También puede presentarse un mal sabor en la boca o sensación de que el implante “no encaja bien”. Estos signos indican que el cuerpo no está aceptando el implante o que se ha desarrollado una infección alrededor del mismo (periimplantitis).
Las causas del rechazo pueden ser diversas. Entre las más frecuentes se encuentran una mala higiene bucal, enfermedades como la diabetes no controlada, el tabaquismo, una mala calidad ósea o el bruxismo (rechinar los dientes). También influyen factores como el uso incorrecto del implante o una sobrecarga en la mordida durante el proceso de cicatrización.
Si el implante falla, el especialista lo retirará, tratará la zona afectada y evaluará si es posible volver a colocar uno nuevo después de un tiempo. En algunos casos, será necesario realizar un injerto óseo antes de intentar nuevamente. Lo importante es acudir de inmediato al odontólogo ante cualquier síntoma sospechoso, ya que una intervención temprana puede evitar complicaciones mayores.
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Cirujano Dentista - Dr. José Cano Salinas