Para la colocación de implantes dentales, se utiliza principalmente anestesia local, que adormece únicamente la zona donde se trabajará. Esta es la opción más común y suficiente en la mayoría de los casos, ya que permite al paciente estar despierto y sin dolor durante todo el procedimiento. El efecto dura varias horas, y una vez que pasa, pueden aparecer molestias leves que se controlan con analgésicos.
En casos de pacientes muy nerviosos, con fobia dental o cuando se colocan varios implantes al mismo tiempo, se puede optar por sedación consciente. Esta consiste en administrar medicamentos que relajan al paciente sin que pierda la conciencia, y se combina con anestesia local. Es una opción segura y cómoda, siempre bajo supervisión profesional.
Para procedimientos complejos o pacientes con necesidades médicas especiales, también puede utilizarse anestesia general, aunque es poco común y solo se realiza en entornos clínicos u hospitalarios controlados. Se reserva para intervenciones extensas o casos que lo justifiquen.
En resumen, la mayoría de los implantes se colocan con anestesia local, pero hay opciones como la sedación o anestesia general si el caso lo requiere. La elección dependerá del tipo de tratamiento, la salud del paciente y su nivel de ansiedad.
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Cirujano Dentista - Dr. José Cano Salinas