Si un implante dental se mueve, es una señal de que algo no está bien y debe ser evaluado de inmediato por el odontólogo. Un implante correctamente colocado y bien integrado al hueso no debe moverse en absoluto, ni siquiera ligeramente. La movilidad puede indicar un fracaso en la osteointegración, una infección, o problemas mecánicos en la corona o el tornillo interno.
Cuando un implante se mueve poco después de la cirugía, lo más probable es que no haya logrado integrarse bien con el hueso, ya sea por mala calidad ósea, carga prematura (uso antes de tiempo), infección o algún error en la técnica. En este caso, normalmente es necesario retirarlo, tratar la zona y esperar un tiempo antes de volver a intentarlo.
Si el implante ya llevaba tiempo en boca y empieza a moverse, puede deberse a una periimplantitis (una infección que afecta al hueso alrededor del implante) o a un problema en la estructura protésica, como el aflojamiento del tornillo o desgaste de componentes. En este caso, el odontólogo evaluará si se puede salvar el implante o si es necesario reemplazarlo.
En resumen, un implante nunca debe moverse, y si lo hace, requiere atención profesional inmediata. Actuar a tiempo puede evitar complicaciones mayores y aumentar las posibilidades de conservar el implante o planificar un nuevo tratamiento exitoso.
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Cirujano Dentista - Dr. José Cano Salinas