Sí, un diente con endodoncia puede volver a infectarse, aunque no es lo más común si el tratamiento se realiza correctamente y se siguen los cuidados posteriores. La endodoncia tiene una alta tasa de éxito, pero no garantiza que el diente permanezca libre de problemas para siempre. Algunas bacterias pueden permanecer ocultas o ingresar nuevamente al diente con el tiempo.
Entre las causas más frecuentes de reinfección están un sellado deficiente de los conductos, la presencia de conductos adicionales no tratados (especialmente en molares con anatomías complejas), o fracturas en el diente que permiten el paso de bacterias. También puede ocurrir si se forma una caries nueva o si se retrasa o daña la restauración definitiva (como una corona), permitiendo que los microorganismos vuelvan a entrar.
Los síntomas de una reinfección pueden incluir dolor al morder, sensibilidad, inflamación, presencia de pus (fístula) en la encía, o incluso un cambio de color en el diente. A veces, el paciente no presenta síntomas, pero el problema se detecta en una radiografía de control que muestra una lesión en la raíz o en el hueso que rodea al diente.
En estos casos, el tratamiento más indicado es una reendodoncia, que consiste en retirar el material del tratamiento anterior, limpiar y desinfectar nuevamente los conductos, y sellarlos correctamente. Si el retratamiento no es posible o no tiene éxito, existen otras opciones como una apicectomía o, en última instancia, la extracción del diente. Por eso, es fundamental acudir a controles periódicos, mantener una buena higiene y seguir todas las indicaciones del dentista para conservar el diente a largo plazo.
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Cirujano Dentista - Dr. Jose Cano Salinas
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